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EL SEXTO ESTADO

Naufus Ramírez-Figueroa

16 Agosto de 2018 - 04 Noviembre de 2018

Espacio de exhibición: Cubo y Galería

Curaduría: Michele Fiedler

Naufus Ramírez-Figueroa (Ciudad de Guatemala, 1978) crea instalaciones escultóricas y performances basados en ritos, creencias, leyendas populares, cuentos de hadas, literatura, sucesos históricos, sueños y memorias de su infancia. La escultura es utilizada en su obra como utilería teatral, componiendo escenarios abstractos de terrores vividos y crueldades históricas; sin embargo, aborda sus relatos desde el humor, aplicando estéticas provenientes de la ciencia ficción, de las películas de fantasía y del teatro de títeres; así, al llevar a cabo estos ensayos, Ramírez-Figueroa pone en práctica lo que acuña como la “relación entre la experimentación y la protesta”.

 

La instalación El Sexto Estado, nueva producción comisionada por la Sala de Arte Público Siqueiros, deriva de la historia de El Sexto Estado de Los Altos: región entre Guatemala y México que intentó separarse de la hegemonía capitalina guatemalteca entre los años 1838 y 1849, durante el proceso post-colonial de la formación de Centroamérica. La creación de esta región generó una guerra de castas entre la élite criolla que intentaba independizarse (motivada por intereses económicos), y los pueblos indígenas locales que fueron excluidos del proyecto separatista. Esta exclusión es una condición que perdura hoy en América Latina. 

El escenario que Ramírez-Figueroa presenta en El Sexto Estado, parece una materialización de la segunda estrofa de Elegía nocturna, de Carlos Pellicer:

 

 “(El pie profundo sobre el negro piso

sangró de luces todas las jornadas.

Ante los pies geográficos, calladas,

 tus puertas invisibles, Paraíso.)”

 

Las piernas que caen sobre el suelo del Cubo, pisan, bailan o marchan al centro de una luz moderna relativa a lo que el artista caracteriza como decadencia institucionalizada; una alusión al fracaso de la promesa productivista en el continente. A la derecha de la sala, encontramos el trono de Atanasio Tzul—líder de los pueblos Maya Quiché y de los que formaron el gobierno indígena—que dirigió una importante sublevación a favor de los pueblos, en 1821. El alzamiento dirigido por Tzul, sirvió como inspiración para los levantamientos en El Sexto Estado. La instalación de Naufus está complementada por esta silla glorificada y una coreografía fluorescente, que intenta representar una suerte de lectura apesadumbrada acerca de la recuperación del paraíso, en regreso al poema de Pellicer “(…Ante los pies geográficos, calladas, tus puertas invisibles, Paraíso.)”

En el segundo piso del museo encontramos cuatro pinturas, que contienen hojas de plata y de oro, y polvos de jade y obsidiana; los dos primeros, metales preciosos codiciados por los europeos que invadieron el continente, mientras que el jade (mineral) y la obsidiana (cristal volcánico) son materiales de alto valor comercial y utilitario para las culturas mayas de la región. Las obras, muestran patrones geométricos conocidos en la matemática como Reptiselas, ya que semejan patrones de la piel de los reptiles. Con estas pinturas, Ramírez-Figueroa hace referencia a lo que se ha denominado como una supuesta raza reptiliana, una élite política y económica dominante, que vive entre nosotros y ha dirigido el mundo por siglos.


Michel Fiedler

-Curadora-